Viven junto a la Fuente de la Mano, van cambiando de color con la luz del sol.
Un día decidieron que no querían ser transparentes e imitaron a las hojas de los arboles en otoño, a las petunias...
A diferencia de otras amebas no son venenosas.
Por la noche se las escucha suspirar esperando la luz del día.
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