La ley de correspondencia



Nuestros pensamientos son ondas electromagnéticas que lanzamos al espacio, y que confluyen con otras ondas afines que, a su vez son lanzadas por otras personas, así se forman fuerzas constructivas o destructivas, en concordancia con la calidad y contenido del sistema de creencias de la gente implicada.
Este es el mecanismo por el cual nuestras creencias y los pensamientos asociados a ellas, definen nuestra participación en el acontecer de la sociedad; pues como miembros de ella somos responsables de lo que aportamos a través de nuestra forma de pensar sentir y de actuar.
Por Ley de correspondencia en algún momento de nuestra vida, la existencia nos devuelve nuestro ‘aporte’, sea este bueno o no, comprendamos que es justo o no.
En las escuelas deberian entrenar el pensamiento de nuestros niños.

De la misma manera que pasan horas aprendiendo lo que paso para entender la sociedad en la que viven hoy, deberían aprender a encauzar el pensamiento en el presente para crear un futuro diferente al que nos espera.
Les deberíamos fomentar la unicidad en vez de la competencia, la individualidad y el ego.
Debería haber un maestro zen en cada aula :P.
1 comentarios:
K dijo...

"Cuando llueve y sale el sol, la hierba crece"
La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se desarrolle.
Es precisamente en las aulas donde algunos maestros, con los años, acaban siendo maestros zen.

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