... Porque también percibiría el pájaro negro, ese que rompía el cielo de la ilusión, ese que después de los albores del amor pedía más y picoteaba en la confianza, en la distancia, en los versos del veneno y sobre todo en el azul. Rompiendo el cielo para clavar cristales de celos y desconfianza en el corazón de los amantes.
Aurelio Reyes
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