La mujer ardilla

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Esta vez he soñado que me movía por los arboles de noche como las ardillas voladoras, pero en mi cuerpo.

Al final del viaje aterrice en un gigante árbol centenario desde el que divisaba un minúsculo panorama.

Psicoanalistas abstenganse de comentarios :P



1 comentarios:
Coimbra dijo...

Ver el mundo que nos rodea desde lo más alto nos hace saber que somos insignificantes ante la magnitud que nos rodea. Malditos nosotros por menospreciarlo

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