El puercoespin

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Durante la era glacial, muchos animales morían por causa del frío.
Los puercoespines percibieron esta situación, acordaron vivir en grupo, así se daban abrigo y se protegían mutuamente.

Pero las espinas de cada uno herían a los vecinos más próximos, justamente a aquellos que le brindaban calor, y por eso se separaron unos de otros.

Pero volvieron a sentir frío y tuvieron que tomar una decisión, o desaparecían de la faz de la tierra o aceptaban las espinas de sus vecinos, con sabiduría.

Decidieron volver a vivir juntos.

Aprendieron así a vivir con las pequeñas heridas que una relación muy cercana podía ocasionar , porque lo que realmente era importante era el calor del otro.

¡¡¡Sobrevivieron!!!

Moraleja de la historia: la mejor relación no es aquella que une personas perfectas, es aquella donde cada uno acepta los defectos del otro y consigue perdón por los suyos.

Segunda moraleja: para garantizar una buena convivencia con los seres queridos, debemos colocarnos a la distancia en que nos demos calor y no nos propinemos heridas.




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